lunes, 5 de enero de 2015

ADIÓS ATENCIÓN PRIMARIA


Lo primero, pedir perdón por la demasiado larga ausencia de lo que comenzó como entretenimiento, desahogo y vía de escape. Ha sido una dura etapa en la que no he tenido tiempo, fuerzas ni ánimo para hobbies, familia u otras actividades que no fueran atender al teléfono ante una llamada de numero desconocido y extensión larga, y salir corriendo a pasar la consulta del pueblo más recóndito, o hacer la guardia que nadie quería.

Desde que tengo algo de uso de razón he querido ser médico y en mi visión de médico siempre aparecía la de Médico de Familia. Me imaginaba en mi consulta, con mis pacientes, conociéndome sus historias (clínicas y personales) 'de cabo a rabo', auscultando las bronquilitis de sus hijos, visitando los domicilios de sus abuelos inmovilizados,...

Pero nada más lejos de la realidad ¡Ay ilusa de mí! Pronto me di cuenta de que esa visión mía tan bucólica de la Medicina nada tenía que ver con la realidad actual y me vi atrapada en un sistema al que nada la importa los pacientes (léase votantes), la calidad y contiudad de la asistencia prestada... Y mucho menos cómo viven y trabajan sus empleados, si tienen familia con la que estar, hijos que atender, deseos que cumplir, tiempo para estudiar, publicar ... Eso son utopías lejanas, ahora mismo los Médicos de Familia de mi generación somos meras fichas qué mover al antojo de la administración para cubrir unas mínimas necesidades que eviten que la población (léase votantes) se les eche encima.

Pues bien, cansada de luchar contra algo ahora mismo imposible de cambiar decidí poner fin a mi cruzada y admitir la derrota. No puedo trabajar así y contribuir con mi trabajo a que la situación se mantenga.

Me voy, me aparto de lo que siempre he soñado hacer porque así no puedo. Esperanzada con que algún día se le de la importancia que tiene y nos volvamos a encontrar me despido de mi idolatrada Atención Primaria.