Hemos conseguido que un paciente de 94 años acuda al bautizo de su bisnieto.
Nada más acabar la ceremonia ha venido emocionado a darnos las gracias.
Ésta es una de las cosas que hacen que los esfuerzos y sacrificios que exige nuestra profesión, merezcan la pena.
<< La gente quiere a los médicos que quieren a la gente. Antes de ser buen médico, sé buena persona >>